Si alguna vez has comprobado como el pelo se levanta atraído por un cepillo, o como un gato se restriega en una manta y saltan chispas, quizás te interese saber porqué se produce la electricidad estática.
Se trata de un fenómeno que se debe a una acumulación de cargas eléctricas en un objeto. Para entenderlo mejor, es necesario conocer el comportamiento de los átomos.
Cada átomo tiene un nucleo con partículas de carga positiva llamadas protones, y unos neutrones sin carga. Alrededor del núcleo hay una nube de electrones de carga negativa. Los protones los atraen y de este modo los átomos se mantienen unidos. Esta fuerza electromagnética se podría comparar con un potente adhesivo y es necesaria para el orden del universo.
Pongamos un ejemplo. Si un átomo tiene tres protones en su núcleo, también tendrá tres electrones que equilibran las cargas positivas y negativas. Así pues, se puede decir que los átomos son neutros, ya que no tienen carga. Como nuestro cuerpo y todo lo que nos rodea está formado por átomos, podemos afirmar que los objetos cotidianos tampoco tienen carga eléctrica.
Por eso, las chispas de electricidad estática solo se producen cuando los objetos se cargan temporalmente. Esto significa que sus átomos se desequilibran, ganando o perdiendo electrones.
La causa de la carga es la fricción del cepillo en el pelo seco que se produce cuando dos superficies se frotan entre sí. Los electrones del pelo se desprenden y pasan a los átomos del cepillo, dejándole cargado negativamente. De forma que una parte del pelo se queda con carga positiva tras haber perdido algunos electrones. Y como las cargas positivas y negativas se atraen, el pelo cargado positivamente no se quiere separar del cepillo cargado negativamente.
Poco después, cuando los átomos recuperan su estado normal, con los electrones y protones equilibrados, todo vuelve a la normalidad.